Te pierdes.
Sí, sé que te pierdes
con formas de relieves
en tus noches calientes.
Sombras de cuerpos ardientes
que devoras como a rehenes.
Sombras que se dejan hacer siempre.
Sí, ellas siempre están pendientes
de satisfacer cada uno de tus placeres.
Y te conviertes
en un cuerpo sin alma, sin mente,
sin sangre, sin corazón caliente
que devora sombras como una serpiente,
que se alimenta de ellas y nada siente.
Todo ello me entristece
porque mentirías
si dijeras que todavía
algo me quieres.