"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

jueves, 14 de julio de 2011

Cuarto creciente.

Y me encontraba allí
Pidiéndote desde lo más profundo de mi ser
Que volvieras.
Que regresaras a por el querer
Que siempre te guardaría.

Quería que me llevaras ¡oh sí!
Al mundo donde el blanco era blanco
Y el gris era gris.
La fe había vuelto a mí
Y comenzaba de nuevo a sonreír
Sin venir a cuento, así porque sí.
Y sabiendo que tú ya no estabas allí.

Tenía momentos buenos
En los que se me iluminaba la cara
Y los ojos, me brillaban
De una manera un tanto extraña.
Cargados de ilusión, quizá de esperanza.
Siendo ojos o siendo recuerdos
En mitad de la nada.

Y extrañé tus brazos
Y tus abrazos
A los que tanto
He amado.

Creí de verás y por un segundo
Que querrías volver a mi mundo.
Pero me equivoqué tal vez,
desde lo más profundo.
Y me encontré
Ensoñando en lo nocturno.

Me di cuenta
De lo cómoda y perfecta
Que era mi vida con tu presencia.
Rutina, o mejor seguridad, relativamente duradera.
Me di cuenta
Cuando los nervios se adueñaron de mis caderas.
Cuando otras rodillas rozaron mis piernas.
Y supe de verás
Que la ayuda y lo que él me brindaba
Recibiera
el nombre que la vida le diera.
Era positivo para todas mis células,
para todas y cada una de ellas.

Y te extrañé incluso en la distancia
Y en la cruel de tus ausencias.
Sabiendo que te marchaste.
Y haciendo balances.
Oliendo de tus pisadas; las esencias.
Siendo de tus recuerdos; la fragancia.
Me di cuenta
De lo mucho que extrañaba
Que tu corazón latiera
Que latiera rápido, en mi presencia.
Y lo que añoraba
Tus manos, tus pisadas…
Aquellas miradas
Que con las mías se comunicaban.

Aprendí
Entre lágrimas,
a las que no supe poner fin
Que sólo el que se marcha
Sabe dónde decir hasta aquí.

Y por tanto,
Comprendí así: con llanto,
Que volverías cuando estuvieras preparado.
Tal vez, cuando dejara de vibrarme el estómago.
O puede que no volvieras o al menos no en años.
Y me entristeció pensarlo.
Abandoné el pensamiento y lo dejé allí flotando.
Esperando algún día, recibir noticias del náufrago.