Estoy dispuesta a conocer tus sabores favoritos de helado.
Me entregaría enteramente y por un tiempo indefinido a tus brazos.
Te dejaría que probaras con paciencia cada milímetro de mis labios.
Me perdería una y mil veces entre tus abrazos.
Te escucharía, cada noche, cuando al llamarme me tuvieras a tu lado.
Me iría contigo a escalar montañas, a nadar en grandes lagos.
Construiríamos sueños, juntos, con esmero, cogidos de la mano.
Me dedicaría a leerte poesía en las noches de verano.
Compartiríamos almohada, colchón, amaneceres mojados.
Me encantaría dormir una y mil veces para despertarme, con el sol radiando.
Tendríamos una felicidad duradera, que sólo conocí antaño.
Me encantaría caminar entre tinieblas siempre que siguiera tus pasos.