No son buenos tiempos,
para la poesía, estos que están corriendo.
Pero desde lejos,
en la obligación me encuentro
de agradecerte lo que has hecho.
Y quizá…
Sí, tal vez jamás.
Hayas visto más allá.
Y eso va a ser. Será
lo que facilitará
un fin simplemente especial.
Gracias por aquel encuentro,
por ese instante único y efímero
donde me hiciste vivir un cuento.
Gracias también por lo que vino luego.
Por la fuerza que saqué de dentro.
Y el día que me alejé
de él,
en lo que considera para siempre.
Tú, sin saberlo dijiste: eres fuerte.
Destino.
Puede que sea este sino
lo que te impulse a no ser mi cobijo
pero he comprendido
que teníamos que vivirlo.
Era la forma del ciclo.
Tú, cual caballero andante.
Viniste a buscarme.
Justo, cuando no pensaba encontrarte.
Y te marchas o te alejas con arte.
Para que no me ilusione con ese alguien.
Mientras sólo las gracias puedo darte.