"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

sábado, 1 de octubre de 2011

Niño lindo.

Quizá esta vaya a ser la peor 
decisión 
de mi vida o tal vez
simplemente 
sea un punto y seguido 
que continuar en un futuro lejano.
Un "luego transcurridos
los años:
se reencontraron"
Y después
venga el: "felices para siempre".
No lo sé.
Me he decidido
a parar de dar vueltas a lo mismo
puesto que la única
solución 
que encuentro es una solución trágica
como el suicidio.
Eso sí,
siempre que fuera colectivo
y siendo sinceros:
eso no nos lleva a ningún sitio.


No te olvido.
Nunca lo he conseguido.
Sin embargo, 
creo haber encontrado
otro camino
plagado
de estrellas o de bichos.
Todavía no lo he vivido.
Mas da igual,
no hablemos de otro individuo.
Este capítulo nos pertenece
es como nuestro,
pequeño niño
al que hemos tenido
un inmenso y maravilloso cariño.
Le cubríamos
de manto y de fe
¿Recuerdas amor mío?
Le educábamos
en confianza que compartíamos
y le curábamos
cuando se ponía malito.
Era un único niño,
para nosotros el más lindo.
Le construimos 
una cuna 
con los momentos vividos.
Le abrigábamos
en los inviernos fríos.
Hoy ya no está.
Sé que podría
volver al refugio 
de donde nunca
marcharse quiso.


No es el momento.
El fuego,
no está encendido.
Debemos darle un calor duradero
y el brillo,
ha de ser como tú: bonito