"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

domingo, 30 de octubre de 2011

31 Octubre

Tic. Tac. Tic. Tac. Tic. Tac…
Probablemente a ti no pero mañana me tocará madrugar.
Y todavía sigo escribiendo cuando las agujas marcan el compás.
Me he cansado de esta confusión eterna,
de las palabras que no dijimos y de aquellas
que torpemente, dejamos entre medias.
Tengo unas ganas horrendas
de decirte que nada fue tan bello ni tan feo como hoy la memoria,
con nosotros siempre traicionera,
nos recuerda.
Aclarémoslo para nosotros,
fue especial, maravilloso,
fantástico, esplendoroso.
Para el resto del mundo… No somos nosotros.
Hagamos un tributo.
Algo más mío y más tuyo.
Uno, de los últimos nuestros. Uno
 y sólo uno. Sólo hoy, sólo mío y tuyo.
Fue bonito, fue brutal,
fue precioso y absolutamente genial.
Contigo aprendí
a cómo ser auténticamente feliz.
Me enseñaste que nada merecía
más la pena en toda una vida
que caminar con alguien de la mano cogida.
Y me hiciste creer en mil historias, fabulosas.
De princesas, de momentos plagados de rosas.
Tú fuiste la mano que evitaba que me cayera
de golpe con tacones por las aceras.
Unos ojos que me devoraban
cuando me arreglaba, cuando me pintaba
sólo para ellos, y para su mirada.
El chico con madera de héroe, el dormilón
aquel que era capaz de quererme con devoción
de santo, de infinito amor.
Y por mi parte te quise,
como nunca antes había querido.
Y te quiero en esto que tú llamas olvido.
Mas te empeñas poniendo puntos a las íes
en destrozar lo bello y quedarte afligido.
Escucha por favor, lo que te escribo:
sé feliz. Nada ha cambiado, nadie se ha ido.
Simplemente te he negado
aquello que tú has ansiado
y es que amor mío. Amor por ti zanjado.
No merece la pena destrozar, ni hacer daño
puesto que siempre que me necesites, estaré a tu lado.
Y fue, fue, ha sido, ha sido y será
maravilloso el recuerdo que en mi memoria vivirá.
Quizá no sea aquella niña, quizá.
Tal vez haya madurado en estos tres años.
Madurado, cambiado…
Ambos lo hemos logrado.
Y cuando dé marcha atrás, a mi pasado…
Veré en cada sonrisa uno de tus labios.
Y quién sabe si mañana… volveremos a encontrarnos.
Mas sé feliz, la vida es corta y el camino largo.

jueves, 27 de octubre de 2011

Desengaño.


-     ¿Y bien? ¿En qué estás pensando?

-  En lo mucho que sin saberlo me ha decepcionado.
En lo tanto que sin quererlo: hemos cambiado.
Y en el daño que con alevosía me ha causado.

-        ¿Triste por él permaneces?

-        No. Ya, mi tristeza no merece.

-         Volverá. Siempre vuelve.

-        No. No será capaz de engullir su orgullo latente.

-        ¿Entonces? ¿Qué temes?

-         Que descubrí que en nada se parece
al ser al que tanto quise, a quien tanto amé en los diciembres.
Y hoy, con rabia escribe y desea a alguien la muerte
pareciéndome así el más cruel ser
entre todos los vivientes.
Porque puedes no querer,
odiar, despreciar, no ver…
Pero la muerte es un peligro ardiente.
La muerte consume, destruye atrozmente.

-        Mírame. ¡Mírame y reacciona!
Él ya no es él, no ahora.
Está cegado, embriagado de mil copas
Y buscó tus labios sin demora
Mas encontró el rechazo en la hora
En que fuiste feliz con otra persona.

-        No quise hacerle daño.

-        No te pares a pensar en antaño.
Simplemente, continúa caminando.
Como si el tiempo de tu fortaleza siguiera atestiguado.
Siendo una mujer fuerte que ha amado.

A un joven caballero.

No son buenos tiempos,
para la poesía, estos que están corriendo.
Pero desde lejos,
en la obligación me encuentro
de agradecerte lo que has hecho.

Y quizá…
Sí, tal vez jamás.
Hayas visto más allá.
Y eso va a ser. Será
lo que facilitará
un fin simplemente especial.

Gracias por aquel encuentro,
por ese instante único y efímero
donde me hiciste vivir un cuento.
Gracias también por lo que vino luego.
Por la fuerza que saqué de dentro.

Y el día que me alejé
de él,
en lo que considera para siempre.
Tú, sin saberlo dijiste: eres fuerte.

Destino.
Puede que sea este sino
lo que te impulse a no ser mi cobijo
pero he comprendido
que teníamos que vivirlo.
Era la forma del ciclo.

Tú, cual caballero andante.
Viniste a buscarme.
Justo, cuando no pensaba encontrarte.
Y te marchas o te alejas con arte.
Para que no me ilusione con ese alguien.
Mientras sólo las gracias puedo darte.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Poema de Lord Byron.

Os dejo citado un poema de Lord Byron titulado: "Hubo un tiempo... ¿Recuerdas?"


<<Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria
Vivirá en nuestro pecho eternamente...
Ambos sentimos un cariño ardiente;
El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.

¡Ay! desde el día en que por vez primera
Eterno amor mi labio te ha jurado,
Y pesares mi vida han desgarrado,
Pesares que no puedes tú sufrir;

Desde entonces el triste pensamiento
De tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
Fugitivo en su yerto corazón.

Y sin embargo, celestial consuelo
Llega a inundar mi espíritu agobiado,
Hoy que tu dulce voz ha despertado
Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.

Aunque jamás tu corazón de hielo
Palpite en mi presencia estremecido,
Me es grato recordar que no has podido
Nunca olvidar nuestro primer amor.

Y si pretendes con tenaz empeño
Seguir indiferente tu camino...
Obedece la voz de tu destino
Que odiarme puedes; olvidarme, no.>>

martes, 18 de octubre de 2011

Cada vez.

Cada vez que pienso
siento que te echo de menos.

Cada vez que siento,
siento que te quiero.

martes, 11 de octubre de 2011

11 Octubre 2011

Si alguien se parase a mirar
los momentos felices que conservo
en mi alocada memoria…
Sin lugar a dudas vería
tu cara estampada en cada fotografía.
Tendría que releer cada una de mis palabras
sobre aquel beso que cambió por siempre nuestras vidas.
Y entonces ese alguien
se daría cuenta de lo importante
que sólo tú has sido y serás en un futuro apremiante.
Te quise como nunca antes.
De la melodía hemos perdido las claves.
El agua ya no está en el estanque.
Y hoy ya no es hoy como antes.
Hoy es un ayer ya distante.


lunes, 10 de octubre de 2011

7 julio 2011

Se corrompe
Y ya no quedan luces
De todo lo de entonces.

Se apagaron
Los amores
Cuando se cerraron
Cada una de las flores.
Y nada pudimos
Hacer para reparar los errores
Salvo guardar silencio,
Y salir corriendo
Para no tener que guardar
Del muerto
Todos los huesos.

Se acabó como el invierno
Llegó y se fue pronto
Antes incluso de febrero.

domingo, 9 de octubre de 2011

Pisadas de vagabundo.

Tal es el ambiente febril 
que hoy se ha decidido a embaucarme
Que observo, sorprendida
De mi propia distancia,
La realidad pueril
Que vino a buscarme.

Puede que me falte
Algo de ese extraño aire
con que me envolvías al instante.

Puede que haya arruinado
Con mi sinceridad, todos los daños
Que juntos hemos pasado.

Mas no creo,
Desde luego
Que sea eso.

Y ahora recuerdo,
Ya sin anhelos de por medio
Cuando tus brazos rodeaban mi cuerpo.

Y mil paseos,
Aparecen caminando
entre tus brazos
en medio de una nube melancólica
que se desplaza hacia un futuro extraño.
Con mil bebidas no alcohólicas
Que adormecernos no han probado.

Ya no siento la tristeza
Que me embriagaba,
Que me esposaba
Contra una pared cuya dureza
No soportaba.

Los amaneceres no me devoran.
No consiguen arruinar la plácida hora
En que tu nombre se evapora.
Se evapora como el agua de una gota
Que lentamente tiende a una tormenta
Para deshojar su olor a menta.

Una tormenta, desde luego muy bella.
Plagada de rayos y soportales
Donde el amor se alimenta
De las almas tales
Que amándose en la corteza
De un árbol haya
A manos de una navaja.

Se acabó el mundo.
Sólo quedan pisadas de vagabundo.

viernes, 7 de octubre de 2011

Trís, trás.

No tenía frío.
No sentía la helada.
Tú no estabas conmigo.
Yo sólo te esperaba.

Juego.

Algo sin complicaciones
Y es precisamente eso
Lo que tú pareces
No saber darme.
Un día me entretienes
Al otro desapareces
Y me he cansado del juego
Del cazador y la liebre.

martes, 4 de octubre de 2011

En tierra de nadie.

Ya nada es igual,
Ni los besos ni las calles
Ni las espinas del rosal.

Caminas lejano
En algún sitio
Para mí desconocido.

Cuando estés preparado:
Volverás y no me encontrarás
Bajo el árbol.

Caminas lejano.
Todavía no siendo consciente
De lo que ha pasado.

Sin embargo,
Caminas, caminas
Y te sigues alejando
Pero cuando quieras volver:
Ya me habré marchado.

15 Abril 2010

Que entierren mis huesos en la arena,
Que dejen a las olas
Jugar plácidamente con la marea.

Que todas tus lágrimas
Se marchen hacia el mar
En donde se encuentren áridas.

Que los recuerdos permanezcan
Durante tanto tiempo
Que ni el clamor de los vientos:
Lo perezca.

Que tu dulce voz no pronuncie mi nombre
Sino que cante de nuevo
Al inmenso cielo
Perceptible para todos los hombres.

Tequila.

Se oye un grito a lo lejos.
Se oye un portazo.
Una mirada esquiva
evidencia lo atropellado.

Un cuerpo, abandonado
permanece en la acera
esperando a la muerte
con su mano, con una botella.

¡Oh! Atropellado
el riñón permanece.
Ha muerto lentamente.
Y el cuerpo allí.
Permanece, permanece inerte.

sábado, 1 de octubre de 2011

Niño lindo.

Quizá esta vaya a ser la peor 
decisión 
de mi vida o tal vez
simplemente 
sea un punto y seguido 
que continuar en un futuro lejano.
Un "luego transcurridos
los años:
se reencontraron"
Y después
venga el: "felices para siempre".
No lo sé.
Me he decidido
a parar de dar vueltas a lo mismo
puesto que la única
solución 
que encuentro es una solución trágica
como el suicidio.
Eso sí,
siempre que fuera colectivo
y siendo sinceros:
eso no nos lleva a ningún sitio.


No te olvido.
Nunca lo he conseguido.
Sin embargo, 
creo haber encontrado
otro camino
plagado
de estrellas o de bichos.
Todavía no lo he vivido.
Mas da igual,
no hablemos de otro individuo.
Este capítulo nos pertenece
es como nuestro,
pequeño niño
al que hemos tenido
un inmenso y maravilloso cariño.
Le cubríamos
de manto y de fe
¿Recuerdas amor mío?
Le educábamos
en confianza que compartíamos
y le curábamos
cuando se ponía malito.
Era un único niño,
para nosotros el más lindo.
Le construimos 
una cuna 
con los momentos vividos.
Le abrigábamos
en los inviernos fríos.
Hoy ya no está.
Sé que podría
volver al refugio 
de donde nunca
marcharse quiso.


No es el momento.
El fuego,
no está encendido.
Debemos darle un calor duradero
y el brillo,
ha de ser como tú: bonito