No sé qué me pasa
‘Antes’ me consideraba
Mejor persona.
Escuchaba más.
Hablaba menos.
Tenía cierta estabilidad emocional.
Prestaba más dedicación a las personas
Y menos a los sueños.
No digo que ahora no la preste
Digo que lo hacía si cabe más.
‘Antes’ no guardaba tantos silencios
Y no tenía una ilusión potente
Sino que eras tú mi ilusión.
Luego vino la carrera, la universidad…
Todo fue cambiando pasé
Poco a poco a pensar
En ti diez minutos al día
Y las nueve horas restantes
En otras muy diversas cosas:
Carrera, proyectos, planes, findes…
Mi ilusión se multiplicó
En efímeros caprichos repentinos amorosos
Y me olvidé por completo
De lo que era pasarse enteras las diez horas,
Que como antes en ti, pensaba en una sola persona.
Comencé a borrar
tu nombre de mi cabeza
y llené mi mente de planes.
Hice cursos,
Volví a otro tipo de lugares.
Empecé de nuevo a evadirme,
A alejarme a ese lugar
Donde pocos pueden alcanzarme.
Me centré en mi carrera
(mi siempre amada y apasionada ilusión)
En compartir tiempo con mis amistades
(a las que reducí espacios sin quererlo)
Y me emprendí a hacer cosas
Que siempre quise hacer.
Me volví dueña de mi vida
Como hasta entonces nunca lo había sido,
Saliendo del plural nosotros
Para retroceder al singular.
Me olvidé de las sorpresas,
De los detalles,
de aquellas frases,
incluso de escribir alguna tarde.
Y justo cuando pensaba
que había alcanzado muchas metas.
Llegó él.
Sí, vino a mi vida para que
En una noche de luna llena
Me diese cuenta de que podía dejarte
Machar pero no quería ni debía dejarme
A mí misma.
Y consiguió ilusionarme.
En ese instante,
Comencé a pronunciar su nombre
A rectificar en los errores
Y a darme cuenta de que la cima
No vale sin amor, sin ilusiones.