"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

domingo, 29 de mayo de 2011

27 de Mayo.


En el fondo de sí misma,
no sabía si era orgullo
O si todo su mundo
Se había convertido
En un reflejo de un prisma.

Quizá sólo habría sido
Una tarde de viernes
Cuando su entorno se hallaba escondido.
Y el día podría considerarse un acierto
o un error firme pero ardiente
que contar en sus memorias
cuando le pesara sobre la frente.

Él, con sus rizos
y sus ojos bañados de chocolate.
Con su cuello sin ser apetecible.
Siendo atrozmente humano, su corazón le late.
Sus palabras están siempre cargadas
A juego con sus zapatos y sus gafas de marca
Parece un galán
de la gran pantalla…
Un poco más bajo,
Un poco más déspota,
Un poco más malhablado.
Un medio o pseudo-galán
Al fin y al cabo.

Sus muletillas.
Sus grandes manos frías.
Sus labios altivos y vivaces
Como un manantial brillante
Que deja escapar
Hacia la mar
Toda clase de armas
Que nunca volverán.

Él tan parlanchín
Como un niño sin ser del tofo feliz
Quejándose del viento
Quejándose del tráfico
Quejándose y ella riéndose
De la excentricidad de sus deseos.
Momentos irrepetibles,
Quizá mágicos.
Quizá simples.

Él tan diferente
Tan distante
Tan poco perdido entre la gente…

Él en su círculo de grandes restaurantes
Y personas aparentes.
Con sus trajes y sus disfraces
Que le impiden a sí mismo verse.
Y quizá por ello, mejor conocerse.

Buscando entre la población inerte
Un corazón para su lecho
Y encontrando a una bohemia
Vestida de ginebra.

Él cierto y claro como un documento
Maduro o intruso
en el poblado del sentimiento.

Deslizó una mano sobre la cintura de ella
Y la atrajo hacia sí, abrazándola como una botella
La soltó de nuevo, en la calle recta
Y la miró con cierta delicadeza.

Entraron al parque en la noche desierta
Se paró en seco y la detuvo con ella.
La acercó de forma suave y lenta
Y la besó
De forma rápida y sedienta
La abrazó y la besó
La besó y la mantuvo consigo quieta.

Al día siguiente
Todo acabó
Todo pasó
Como pasan las borracheras.

sábado, 28 de mayo de 2011

Luna.

Anoche me acunó la luna
le pregunté por ti
y me dijo que no estaba segura.

Me contó con voz baja
que entre tus sábanas
alejabas
mi recuerdo con otras damas.

Su voz se volvió tenue
Y con un pañuelo entre los dientes.

Me pidió que te olvidara
Que dejara
Para siempre para…
Ti la esperanza
Pero que ante todo: de ella
De la fe ciega
Que en ti conservaba:
Que de ella… me alejara.

Después de derramar la sangre
De mis venas anhelantes

Esparcí el poco llanto
Que como un manto
Quedaba en mis entrañas
Y comencé una carta.

La escribí a base de lágrimas
Sin ningún tipo de rabia.

La luna, asombrada
A mí me acunaba.

Transcurrieron las horas pobladas
Y me depositó ante la realidad vaga
Con el guiño de una pestaña
Sobre la luz del sol que fuerte me forjaba.


A la noche siguiente
Siguió el rito de pasar a recogerme
Me descubrió un  poco más fuerte
Con un sueño en la frente
Y como arma la palabra valiente.

Me dijo
Que contigo
Nada había ocurrido
Que ya no recordaba lo vivido
Que en otros, nos habíamos convertido.

Y le pregunté de nuevo
Por ti mas no por tu lecho
Fue con ella con quien escribiendo
Me di cuenta de que prefería no saberlo.

Anoche me acunó la luna
Le pregunté por ti
Sabiendo lo lejos que estabas de mí
Como cada noche
Que tu recuerdo
Aparecía con el runruneo
Del motor de un coche
Pero ella seguía sin estar segura.

Anoche
La luna
No traía noticias tuyas.
Anoche,
Como cada noche…
Ella, no estaba segura.

domingo, 22 de mayo de 2011

Nana.

Una hoja en blanco
y mil palabras en el tintero
que se pelean
por salir a tu encuentro.

Hoy, por suerte
Hoy, por desgracia
Hoy, por ser presente:
Hoy, todavía te quiero.
Han caído tormentas,
derrumbado edificios …
Anunciado una vez más
La victoria de la derecha.
Hoy, es un día en el que mi corazón
Ya no está habitado de flechas

No siento dolor, no sé si tan siquiera
Sentiré algo de tristeza.
No sé lo que siento, puedo estar llena
O inmensamente vacía como una botella
que reposa sobre la playa en la arena.

Hoy, sé lo que ha ocurrido
Creo intuirlo
O tal vez sólo lo imagino.

Y tengo la certeza
La extraña sospecha
De que como ninguna otra vez
Es capaz de engañarme mi latido con él.

Fue algo atroz y despiadado
Lo que sentí y quise evitarlo
Mas no pude: no conseguí lograrlo.
Mucho tiempo ha pasado
Muchas heridas en mí
Todavía se están sanando
Y sí, quizá te extraño
O quizá solos tus brazos
Al darme cuenta
De que a mí más,
no me andan buscando.

No te envidio, no te deseo,
no admiro tu posible destreza
no hablo de valentía ni de dureza.

Admito que me sorprendió
Tu forma de darme la receta
al igual que en un periódico recibí la noticia nueva.

Dicen que una vez en la vida
Encontramos un corazón al que amar sin medida
Con en el que nos sobran las palabras: están dichas.
Al que no vale la pena intentar engañar con mentiras.

Y lo sé.
Lo presiento.
Y quizá me equivoque,
hasta el fondo:
no lo niego.

Cada día intento
Salir a la vida 
con una sonrisa,
Quitarme el luto por la calle de las prisas
Y arrancar a cada paso una flor en las orillas.

Oigo voces lejanas que me gritan
Que me atraen y me causan pesadillas.
Oigo palabras en medio del runruneo que camina
Ajeno a cualquier paso y a toda salida.

Veo cuerpos de corazones ausentes
De miradas, incluso calientes.
Veo cadáveres y muertos vivientes
Que están más allá de la vista de la gente.

Saboreo las aceras
Esperando encontrar de ti alguna nueva.
Saboreo los sueños de peras
Verdes, verdes como el cristal de la botella.

Toco con mis pulgares rosados
El mundo inacabado
Toco, toco y tocando
Aludo al mundo cantando.

Y me pregunto, sentada
Sobre la manta que cubre mi cama
Si hoy será hoy y no estaré ya en mañana.
Los días se vuelven como una nana,
Como esa canción que alguien a lo lejos canta
Canta con susurros creando esperanza.

viernes, 20 de mayo de 2011

Pelo.


Hoy el cielo azul
lo han pintado de blanco.

Hoy las estrellas
Todavía no se han apagado.

Hoy ha viajado dentro de mí
Y es la primera vez,
que no ha naufragado.

Hoy me he acordado de ti
Al escuchar aquella referencia lejana
Sobre un Platón y un Aristóteles
Que explicaban con ejemplos y entrañas
Una idea tan extraña y pasajera
Que ya ni recuerdas.

Hoy me he puesto un vestido:
Cargado de flores,
De colores alegres,
Y de un gris, como una proa
ausente.

Hoy he cortado mis cabellos
Me he desengañado una vez más,
Me he peleado con mis celos:
Te he imaginado en un millón de brazos
ajenos.

Hoy, me ha abandonado el ego.

Pero…
Hoy: me he cortado el pelo.

jueves, 19 de mayo de 2011

Sol.

Quizá nada en la Vida sea fácil
Ni enfrentarse a la realidad
Ni conseguir ser hábil
Ni tan siquiera ya: soñar.

- Tú sigues mirando a las estrellas...
Allá.

- Sí, pero inténtalo de nuevo.
Tan sólo una vez más.

Le dice la luna
al sol. Cuando la alumbra
Y ambos a una,
Se intentan alcanzar.

lunes, 9 de mayo de 2011

Antes

Puede que mi cara esté marcada por la soledad
y que las cañadas de lágrimas ya 
no se dirijan siempre al mar.

Tus párpados, también se cayeron
¡quién sabe, quizá no! quizá se salvaron ellos
tal vez, no quede nada en tu cárcel de sentimientos.

Las sonrisas me ilusionaron con facilidad
y me acompañaron en esta felicidad
de ilusiones vagas, de tardes de complicidad.

Una vez oímos,
lo que antes nos habían advertido
que no nos dejásemos marchar, todo ello al oído.

Y, sin embargo... ¡Qué poco caso hicimos!
monólogos de esperanzas, susurros... ¡Todo bienvenido!
¡Adiós amor! Allá te perdimos.

sábado, 7 de mayo de 2011

París.

Y tengo un miedo horrible a perderte,
a que te vayas lejos y no poder hablar contigo de nuestras tonterías
y de nuestros momentos decisivos de la vida.
 O peor aún, que te quedes
y nos convirtamos mutuamente
en un recuerdo pasajero que sólo nos visite en cumpleaños
y otras fechas no menos cumplidas.

No quiero perderte
pero tampoco quiero retenerte.
Una vez, hace tiempo me dijeron
que si quería a alguien lo dejase libre, que si lo quería de veras
pidiese a todos los dioses, en todos los ritos que le protegieran,
le ayudaran a crecer como persona, a encontrarse a sí mismo y le dieran
los instrumentos para su propia felicidad. Y fue,
una de las grandes lecciones de mi vida,
una de las cuales nunca se me olvida
porque me costó mucho aprenderla y por la práctica que llevo vivida.
Por eso, aunque te vayas a la otra del planeta
o aunque ya no te viera
como hasta ahora lo he hecho:
 te seguiré queriendo,
sí, siempre podrás contar conmigo.
Siempre estaré a tu lado y seré tu abrigo
aunque nunca te lo haya dicho
y cuando te caigas, te tropieces o navegues por anchos mares,
con otra clase de mujeres.
Recuérdame
y recuerda también
el amor incondicional que un día en mi corazón para ti instalé.
Y cuando sientas que eres la única persona en el mundo,
cuando conozcas a la soledad.
Acuérdate
de mí, recuerda
que vales tanto la pena
como para que otro ser a ti te quiera,
sin juicios, sin promesas…
sólo porque existes. Y entonces, serás feliz y yo lo seré
sólo sabiéndolo porque pase lo que pase, te quise y aunque me asuste
terriblemente que te alejes,
que ya nada sea lo mismo, e incluso
que ya no signifique para ti todo aquello que un día fui.
En ese momento, cuando te marches que ahora tanto a pensar rehúso
te miraré a los ojos y al corazón en la mano
le arrancaré un trozo, te lo entregaré sin reparo.

viernes, 6 de mayo de 2011

Lulu.

Te esperé hasta que la luna alumbró cada una de las calles
y fortaleció a todas sus compañeras. 
Permanecí impasible con la esperanza
de que me hablaras desde la otra punta del planeta. 

Quizá.

Quizá mi vida sea más fácil
Y se esté llenando de placeres inútiles.
Sí, todo ello desde que te fuiste.

Quizá mi corazón sea más hábil
A la hora de seleccionar los frutos
Para rozar sus labios puros.

Quizá mi ladito se haya vuelto frágil
Y verte pudiera causarle
Daños, sin querer terriblemente irreparables.

Quizá sea pronto para navegar sin mástil 
Y por ello esté perdida
Entre recuerdos, sin salida.

Quizá y sólo quizá, una parte de mí poco ágil
No quiera de ti desprenderse ni olvidarte
Porque por mucho que lo intenta. No consigue odiarte.



miércoles, 4 de mayo de 2011

Je lis le mot de la victoire dans tes lévres.

Leo la palabra victoria en la comisura de tus labios.

Observas, lejano el horizonte y el mundo entero
contempla cómo los dedos
de tus pies rozan puntiagudos, la tierra.

Los otros. Sí, ellos te contemplan
como si no hubiera
ahí a fuera
ningún otro planeta
y tú constituyeras
el único satélite que les interesa.

Y me acerco, estando todavía distante.

Vislumbro tus ojos entre la sombra 
de la multitud que te observa
y les doy la razón con la cabeza baja
y la cara risueña:
tu voz, tus ojos claros...
Valen más que todas las riquezas.

Y me siento afortunada de verte
sólo hombre
en medio de la multitud
que comenta.

El manantial.

Quiero
seguir siendo el manantial
donde aquellos
lanzan sus lágrimas al mar.

El manantial
que te siga haciendo reír
cuando te encuentres mal,
cuando tengas ganas de todo abandonar.
Ése ser sobre el universo que contigo pueda razonar
y te haga sonreír
cuando sólo quieras llorar.

Quiero
volver a ese lugar
ser ese manantial de agua fresca, de lluvia portal
donde acuden ellos
cuando tienen algo que contar.

Ser 
el lugar donde vienen a prolongar
sus grandes alegrías, su paz.

Ser
el lugar donde las amadas
se preparan para las batallas...
donde la mar
más apacible está.

Quiero
seguir siendo feliz
seguir siendo un ave fénix
que es consciente de que se ha de recuperar
para entre sus alas, a los suyos poder albergar.

Quiero
ser siempre el manantial
donde las olas bellas se refugian del mar.

martes, 3 de mayo de 2011

La isla.

Cuando quiso volver a la isla,
él ya se había marchado
Y cuando quiso volver a los paseos
ya no le quedaron más sábados.
Y cuando quiso volver a comer cocos
se habían caído hasta los plátanos.
Y cuando quiso volver
él ya había regresado.


Y ella, estaba allí
buscando
el abrigo de la isla
en pleno mes de mayo.
Cuando la ciudad
ya se había despojado
de sus galardones,
de sus vestidos pardos.

Quiso volver a la isla,
pero la isla
¡ay! la isla se había alejado
.