Estimado Sr,
No sé muy bien qué decirle que ya no le haya dicho. Me siento muy perdida en este camino de nadie, muy insegura también pero eso es precisamente lo emocionante: nunca sabré cuál será el día que le veré por última vez, si mañana, en una semana, en un mes, en un año... No lo sé. Eso es lo que lo vuelve excitante, divertido, seductor y atractivo hasta la médula. Ese vaivén suyo de sorprenderme cuando menos lo espero e ignorarme cuando más le espero.