"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

jueves, 7 de noviembre de 2013

08:00

Aparentemente un día como cualquier otro. Levantarte un día por la mañana, coger lo primero que pillo para vestirme, desayunar lo que todas las mañanas desayuno, arreglarme lo justo y encaminarme para el metro. Ponerme los cascos, salir hacia el metro y encaminarme hacia la universidad. Ir hablando contigo hasta que me he quedado sin cobertura en apenas una parada y tú ya habías cogido el coche para encaminarte a urgencias, sin yo saberlo. Hacer el transbordo de la línea dos a la seis, meterme en el metro mientras pienso en por qué no me escribes, escribir por whatsapp y toparse mi sonrisa con la de un desconocido, con un desconocido que durante apenas diez minutos, no para de sonreírme... Con el mismo desconocido que minutos después que me da una tarjeta al bajarse, con su nombre, su correo electrónico y su móvil. Esperando que le hable y sin saber el porqué, te acabo hablando para saber exactamente qué quieres cuando te presentas sin presentarte y preguntarme: "¿Quién persigue esa sonrisa tan bonita?". Decirme, algo de lo más bonito que me han dicho nunca. La vida es, sin duda, una gran sorpresa y hoy tú también has sido causa de mi sonrisa.