"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

sábado, 26 de octubre de 2013

Sonrisa


Sonrisas.

Nunca entendí qué nos unió hace años y qué nos pudo unir, tan distantes, tan diferentes, tan rotundamente opuestos... Tan geniales. 


Nervios.

Como el día que te conocí, como cada vez que te veo, como cada vez que me contestas y te contesto, como cada vez que pienso en ti, en mí, en volver a vernos.


Besos.

Igual que el primero, algo más viejos que entonces, algo más nuevos. Acompañados de frases y de caricias en las manos, cual quinceañeros.


Coincidencias.

El llegar el mismo tiempo tarde, disfrutar de la misma película, dormir las mismas horas, tomar las mismas decisiones por motivos del pasado...


Aparentemente, rotundamente opuestos. Tú tan objetivo, yo tan subjetiva. Tú razón y yo corazón. Todas esas palabras que se esconden en las miradas que guardas, las miradas que ocultas cuando piensas que no te estoy mirando, cuando me preguntas que por qué sonrío tanto y te contesto que soy así, cuando me miras y me río sin reírme de ti sino de mí misma.

Reencontrarte y ser tú la excusa perfecta para reencontrarme conmigo misma y con la niña que conociste hace años, con la niña que vive dentro de la mujer que ahora tienes delante de tus ojos.