Él había pasado
un brazo
sobre el hombro de ella
mientras ésta
le respondía con su pierna
sobre la de èl.
Ambos
vestidos de negro,
ambos
comièndose a besos
y hablando
entre la multitud de metros.
Tan cómplices tan ajenos.
Y yo,
al verlos
pensé en nosotros.
Sonreí y cogí el metro.
Volvieron
Tantos detalles, tamtos recuerdos
Me quedé mirándolos
a través de la ventana
que reflejaba
el andén
ahora desierto.
Y mientras
se alejaba
el tren
embobada
les miré
pensando
que nos estaba viendo.
En aquel lugar en este tiempo.
El tren
llegó a su destino
y volví a casa.
Hacía un tremendo frío
que reflejaba que el invierno
ya había venido.