"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar:
tu aliento.

Ya que lejos de mí vas a estar,
guarda, niña, un gentil pensamiento
al que un día te quiso contar
un cuento."

Rubén Darío.

jueves, 29 de septiembre de 2011

29.

Me siento más lejos de ti cuanto más cerca te tengo.
Y es que cada madrugada me enferman tus silencios.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Fuegos artificiales sobre la noche.

Tengo tantas preguntas en esta alocada cabeza mía.
Preguntas que mi memoria sólo ella respondía
Y hoy ella recuerda y está perdida.


martes, 13 de septiembre de 2011

Martes trece.

El reloj marca 
cerca de las tres de la mañana.
Siempre empezábamos y acabábamos mal los martes trece,
¿recuerdas?
Solíamos culpar al día y a las fechas:
"era martes trece"
ésa y mi temporada de exámenes
era lo único que nos producía las grandes discusiones.
Hoy, casi tres años después de empezar toda esta aventura,
me encuentro escribiendo
sabiendo que mañana me tocará madrugar de nuevo.
Espero,
una respuesta a una pregunta
que nunca debí hacer causada por un nombre
que nunca debí nombrar.

¿Dónde están aquellos niños que todo
hablando lo conseguían arreglar?
Lan mía sigue dentro, el tuyo dentro quizá.
Mis prioridades han cambiado en este tiempo,
ya sabes, tengo un amor nuevo
(la literatura y mis propios sueños).
Estoy asustada ya no de ti
sino de la chica que teme que te vayas con otras
que la dejes para siempre sin ti, sola.

¿Dónde está el borrador y la goma?
¿Cómo puedo corregir esa palabra
que nunca debió salir de mi boca?
He madurado tanto
que ya no sé si al amor ando escapando.

¿Y si eres tú? ¿Y si soy yo?
El hombre y la mujer de nuestras vidas
de las que me pregunto todavía
si te estarás marchando.

Tu gran error fue marcharte
y el mío dejarte marchar 
pero éramos niños, era eterno
y no sé si lo nuestro
pero nuestros recuerdos
lo serán.

Si te vas no habrá un sólo día
que no te eche de menos.
No habrá fecha,
que no tenga una señal en mi agenda.
No habrá noche que no mire las estrellas
y no piense en la belleza,
de esta historia nuestra.

Pero si te quedas haré lo mismo.
Estaré asustada y necesitaré
verte, oírte, hablarte y tenerte
y recordar que te quedaste
para nunca más marcharte.

Y te querré
te vayas o te quedes.
Y te extrañaré.
Y un pedazo de mi corazón será tuyo,
lo tendrás contigo o lo guardaré
hasta que regreses.

Porque... siendo tú y siendo yo...
antes o después...
¿Eternamente?

lunes, 12 de septiembre de 2011

Amor mío.

Cada vez que tu figura se refleja en mi cintura lisa,
Volvemos sin ser del todo conscientes al inevitable punto de partida:
Donde errores y recuerdos bellos
Cuentan en igual medida.
Y casi siempre ganan los recuerdos
No sé si por bellos o por cuantía.

Nos miramos entonces
Como lo hicimos antes: de rodillas.
Dejando a un lado estrellas y soles
Para centrarnos en el presente que el pasado invalida.

Y nos miramos para después vernos,
Nos imaginamos ya en un cielo de besos
Del que volvemos a creer: no caeremos.
“Seremos felices allí, será eterno”.

Así, el cuento,
Se repite sin conocer la despedida
De nuestros ausentes cuerpos,
De nuestras interminables almas unidas.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Rendijas de cielos blancos.

Un papel en blanco.

Y toda la vida pasa ante mis ojos,
Directa, sencilla, suave, sin enojos…

Se muestra clara y precisa
Como si estuviera quieta
Encima de una mesilla.
Como si fuera sólo ella
En medio de una ciudad derruida.

Y me pregunto qué habrá cambiado
Desde la última vez que por aquí,
Ella, tan bonita como siempre, había pasado.
La vida el fenómeno más abstracto.
El más bello y en el mundo, el más dañado.

Quizá por eso, escribo y escribo
Mientras el papel no lastimo…
Y el folio sigue blanco.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Te quería.

Te quería en la lluvia, en la niebla, en la nieve y en los días soleados.
Te quería en invierno, en primavera, en otoño y en verano.
Te quería cuando el cielo era rosa, azul, rojo u opaco.
Te quería cuando hablábamos y cuando estábamos callados.
Te quería. Te amaba tanto que nunca has podido imaginarlo.

A.

Tú me entendiste,
cuando nadie lo lograba,
cuando para ti, era una extraña.

Tú me escuchaste,
ayer,
cuando lo necesitaba.
Y me diste,
la razón con calma.

Tú estuviste.
Estuviste
cada noche desde el día de la playa.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Cueros.

No quiero matar una vida llena de recuerdos.
No quiero volver a ser niña, hoy no quiero eso.
Tampoco quiero perder la memoria, dejar los recuerdos.
Tengo un miedo infinito. Sí, tengo muchísimo miedo.

Respuestas cálidas.

Tú eres ese ser
al que nunca quise ni quiero perder.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Desconoces el precio de tu nombre de madrugada.


Lo fastidié todo por ti otra vez.
Rompí el encanto cuando a él,
Le hablé de ti.
Sí.

Y él reaccionó aquella noche,
Como lo haría a partir de entonces:
Volviéndose frío y distante.
Dejando a un lado sus palabras amables.
Haciéndome menos cómplice y más culpable.

Se fue donde no pude localizarle.
Acabó con las conexiones de la tarde.
Abandonó  las preguntas,
y las citas nocturnas sin penumbras.
No quise agobiarle
Pero caí en que era importante.
En que había empezado a serlo
Y hablándole de ti, rompí el hechizo.
Cerré el cuento
que inventé para conseguir su sueño.

Le había visto una única vez.
Fue perfecto.
Estaba cómoda, me acompañó a casa.
Me dio dos besos. Desnudó mi alma.
Y me mostré a él.
Como hacía tiempo que no me mostraba.
Abrí mi corazón, le hablé con mis palabras.
Pensé, que le gustaba.
Era un luchador, de los pocos que quedaban.
Y le perdí.
Cuando te nombré de madrugada.
Me da pena.
Me embriaga la tristeza.
Podría haber sido, más relevante.
Podría haber llegado a amarle.
Si él no se marchara…
Si todavía hubiera esperanza.
Mas siempre aparecía tu nombre como una lanza.
Destrozando, haciendo añicos: mis ilusiones renovadas.
Así que sí.
Me da rabia.

Magnolia.


¿Qué me has hecho?
Que sentir no puedo.
Que padecer, no padezco.
¡Ay amor!
¿Por qué te escondes
cuando te busco?
¿Por qué? ¿Dónde?
¿En qué mundo?
Detrás de un almendro.

Noche de San Juan.


La luna está preciosa.
Se refleja sobre el mar: esplendorosa.
Está aportando un toque de luz a las olas,
Un brillo peculiar que las adorna.

Ante la puerta del armario.


Me gustaría conservar tu recuerdo intacto.
Guardarlo en una cajita, meterla en un cajón
y esperar confiada a que pasaran los años.
Sin miedo a perderte. Sin temor a encontrarnos.
Meter la cajita, con los recuerdos de mi corazón
Donde habitan imágenes del pasado
Y protegerla, hasta ponerla un lazo.
Para que no se escapen ni se pierdan en el armario.