Espero que esto no me quite mucho tiempo.
He de confirmarte todo lo que te
imaginas. Te echo mucho de menos, de una forma inexplicable sigo pensando en ti
cada día. Bastante menos de lo que debiera y más de lo que me gustaría.
Eras el hombre perfecto para mí,
ambos somos conscientes de ello. Ahora, a ratos, busco tus fotos, veo nuestros
vídeos y tengo una mezcla de risa y llanto que me invade de golpe. Todos los
ratos sensibles, pronuncio tu nombre. A pesar de ello, soy feliz. Soy muy
feliz. Pararé de repetirlo porque si no parecerá que lo ironizo y créeme que no
es así. He encontrado a alguien con quien comparto mi vida y soy feliz. Feliz porque
me siento más libre que nunca y por haber recuperado todo aquello que sentí
perder contigo. A veces pienso que contigo se fue una parte de mí y que, en ese
transcurso, volvió a mí la parte que se había marchado contigo.
Cuando paso por lugares donde
siento que pueda encontrarte, acaban temblándome las piernas y de veras he de
decirte que no extraño tu cuerpo, ni tus besos… Nada físico. Echo de menos tus
abrazos, nuestras tardes en el parque, las palabras bonitas, aquellos días que
te empeñabas en ayudarme con inglés, el hablar sin parar, tu risa, tu abrazarme
por la espalda, el quedarme dormida entre tus brazos, pasear sin rumbo fijo,
descolgar el teléfono y escuchar tu voz, tus palabras de madrugada…
En ocasiones, cierro los ojos e imagino
parte de lo que vivimos, hasta creo que estás a mi lado. Es como si hubieras
muerto y ahora más que nunca necesitara tu apoyo para llorarte. No sé por qué
nos desenamoramos, me agobié, me perdí… Busco mil y un porqués que nunca podría llegar a darte por no comprenderlos ni
yo misma.
Echo de menos tus detalles, bajar
al portal y verte. Lo que no tengo claro, cada día dudo más al respecto, es que
eche de menos tu persona como el contar contigo; me refiero, echo de menos dar
vueltas contigo porque era contigo con quien daba las vueltas cuando éramos
amigos, porque de hecho, dudo haber encontrado un buen y cercano amigo como tú
aunque tampoco estabas tanto como amigo. Es un constante vivir sin ti.
Supongo que todo ha cambiado, es
más, puedo afirmar que lo sé. Mi vida entera no es la misma, ni mis ilusiones,
ni mis nervios, ni mis alegrías…
Cada día estoy más convencida de
que ya no te echo de menos a ti si no a la función que tú desempeñabas en mi
vida: la constante compañía, el apoyo incondicional, el cariño sin límites, los
sueños a medias, planes hasta la tumba… Eras el hombre perfecto. Me entristece
mucho por ello haber encontrado la relación que necesitaba con alguien que no
seas tú pero a la vez me siento afortunada de no cargar a tus espaldas mis
nervios, mis neuras, mis sueños… Y pienso que todo te irá bien, que tienes un
perro de foto de perfil y aunque me muera de ganas de salir a las nueve de mi
casa e ir hasta el parque como años atrás, sé que tú ya no eres tú.
“Te juro que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del
mundo en querernos” LODVG