A veces, me pierdo,
me pierdo tanto
que sólo en tus palabras:
por preocuparme,
me encuentro.
Y te prometo
que verte triste,
no quiero.
No creo que sea justo,
en este, nuestro universo.
Daño no te alimento.
Daño no te procuro.
Tan sólo. en las noches de viento,
bajo una sábana te imagino
comiendo a alguien a besos.
Y en ese momento,
sonrío
y no te miento.
Sonrío; te imagino feliz,
en aquel, tu deseo.
Y echar de menos...
Es lógico: son muchos años juntos
trabajando y construyendo.
Pero ahora tenemos que salir del daño,
del daño salir debemos.
Y no te miento:
si tienes miedo, aprieta fuerte mi mano
y te ayudaré a salir corriendo,
del dolor que causa estragos,
del dolor que aflora sentimientos.
En ese camino, huyendo,
encontrarás a alguien
que no será ni tú ni yo.
Será alguien, entre una multitud
donde podrás construir nuevos sueños.
Sueños,
Que serán tuyos y suyos.
Sueños,
Que serán de otros.
Sueños, que ya no serán nuestros.